regresa a la página principal or www.setterfield.org YouTube https://www.youtube.com/watch?v=pOsBRCHCEgI Nuevos Desarrollos Parte 1Barry y Helen Setterfield Translator: Lemuel Lara
También notó que lo que ahora llamamos gravedad parece ser la fuerza impulsora involucrada en que la luna gire alrededor de la tierra y que los planetas giren alrededor del sol. Sus matemáticas eran correctas y, desde su época, el concepto de que la gravedad no solo es la fuerza impulsora de nuestro sistema solar, sino también de todo el universo, ha sido la explicación predominante de todo lo que vemos en el cosmos.
De hecho, Anthony L. Peratt de Los Alamos National Laboratories señaló en 1992 que, en el espacio, las fuerzas eléctricas y magnéticas pueden ser hasta 1039 veces más fuertes que la gravedad. Ese es el número 1 seguido de 39 ceros. Esto es especialmente cierto en los casos en que las fuerzas eléctricas y magnéticas actúan en el plasma, que es un componente clave del cosmos. Entonces, ¿qué es el plasma? Escuchamos sobre televisores de plasma y cosas así, pero ¿qué significa eso? Todos estamos conscientes de los tres estados de la materia que se nos presentan constantemente: sólidos, líquidos y gases. En un sólido, las moléculas están fuertemente unidas. Si usamos agua para nuestra ilustración, el agua en su forma sólida es hielo. Sin embargo, cuando la temperatura aumenta, o la energía disponible es mayor, el sólido (hielo) se derrite y se convierte en líquido (agua). En un líquido, las moléculas están unidas débilmente entre sí. Si la temperatura se incrementa aún más, o se agrega energía, el líquido hierve y se convierte en un gas. En este ejemplo, el agua pasa al vapor. En un gas, las moléculas no están unidas en absoluto; Se mueven libremente. Cabe señalar que en los tres estados, los átomos y las moléculas aún están intactas. Pero supongamos que el calor, u otra energía disponible, se incrementa hasta el punto en que los electrones se desaran de sus núcleos anfitriones. Esto forma un plasma, una mezcla de electrones que deambulan libremente y de núcleos atómicos, o, en el caso del hidrógeno, solo electrones y protones. Los electrones están cargados negativamente. Los núcleos atómicos, llamados iones, están compuestos de protones y neutrones, y están cargados positivamente. En un plasma, estas cargas positivas y negativas se mueven independientemente las unas de las otras. El plasma en sí viene en tres modos diferentes. A baja energía es completamente transparente, y esto se conoce como "modo oscuro". El modo “luminiscente” es cuando se agrega más energía, y el modo “arco” es el más dramático. Podemos ver tanto el modo luminiscente como el modo arco en varios lugares a nuestro alrededor. Los plasmas en modo luminiscente constituyen los letreros de neón en nuestras calles, mientras que el modo arco ocurre en los rayos. Las hermosas auroras, la austral como la boreal, son plasmas. Las auroras son láminas y filamentos de plasma. Desde 1973, cuando se realizaron las primeras mediciones, se descubrió que las corrientes eléctricas que fluyen en las auroras, y que las hacen brillar, tienen una intensidad que oscila entre 650,000 hasta más de un millón de amperios. En contraste, las corrientes eléctricas en nuestras casas no son mucho más fuertes que 25 amperios. La imagen de la derecha muestra el aspecto de las auroras desde una nave espacial en órbita. Para entender qué son estas auroras, es necesario demostrar que nuestro planeta está rodeado por una esfera de plasma muy grande. A esto también se conoce como la magnetosfera. A la capa más baja de esto se le llama nuestra ionosfera. Nos protege de lo que se llama el viento solar. El viento solar es una descarga constante del sol que consiste principalmente en corrientes de protones. Este flujo de cargas positivas (el cual constituye una corriente eléctrica) podría destruir fácilmente la vida en la Tierra sin nuestra esfera de plasma para protegernos. A veces, cuando el sol descarga una explosión de protones mayor de lo normal hacia nuestra dirección, tales corrientes entran por encima de nuestros polos norte y sur, proporcionando la energía en esas áreas que iluminan partes de nuestra esfera de plasma. Esas son nuestras auroras o luces del norte y del sur. Nuestro sol mismo es un plasma. En el espacio, las innumerables nubes de gas y nebulosas también son plasma. Debido a la física del plasma, la ciencia de la astronomía está experimentando un cambio importante. Después de 300 años de física gravitacional, la electricidad y el magnetismo ahora abren nuevas posibilidades y brindan respuestas a algunos problemas que han persistido. Debido a que el plasma está formado por cargas eléctricas en movimiento, inevitablemente hay corrientes eléctricas asociadas con ellas. Por consiguiente, es claro que cualquier carga o cargas en movimiento (ya sean positivas o negativas) constituyen una corriente eléctrica. En este diagrama, la corriente se designa con la letra I. Además, todas las corrientes eléctricas tienen un campo magnético circular como se muestra aquí. El campo magnético se designa con la letra B en este ejemplo. La física moderna indica que no es posible tener un campo magnético sin una corriente eléctrica que lo cause.
Para los astrónomos, este campo magnético circular es importante. Nos resulta difícil medir las corrientes eléctricas directamente en el espacio, pero las mediciones de las intensidades del campo magnético son relativamente fáciles. En 1995, el radio astrónomo Gerrit Verschuur anunció que muchas nubes de lo que se pensaba que eran átomos de hidrógeno neutros, completos con sus electrones, en realidad estaban ionizados, con los electrones despojados, y se comportaban como filamentos de plasma enormemente largos. Descubrió por sus mediciones que corrientes eléctricas de hasta 10 billones (1 x 1013) de amperios fluían en estos filamentos. Este informe se puede encontrar en Astrophysics & Space Science 227 (1995) pp.187-198.
Luego, en mayo de 1995, Anthony L Peratt hizo una declaración importante en Astrophysics & Space Science, 227 Nos. 1-2, pp. 97-107. Señaló que, incluso en las denominadas regiones del espacio llamadas "hidrógeno neutro", donde la ionización del gas y el polvo es tan baja como una parte entre 10,000, el electromagnetismo sigue siendo aproximadamente 10 millones de veces más fuerte que la gravedad. Un informe de la Agencia Espacial Europea del 1 de junio de 2015 anunció que:
De su estudio concluyeron que: "... El aspecto omnipresente de las estructuras filamentosas en la Vía Láctea está fuera de toda duda". Así que, recientemente descubrimos que toda nuestra galaxia es básicamente una estructura compuesta de filamentos de plasma. Esta imagen no es nuestra galaxia, la Vía Láctea. No tenemos los medios para fotografiar nuestra galaxia desde afuera ya que estamos incrustados en los brazos espirales. Sin embargo, esta es una galaxia espiral cercana llamada M81. Aquí se pueden ver algunos de los filamentos de plasma que forman los brazos espirales de esta galaxia cercana. En esta imagen, se puede ver que las estrellas están ordenadas dentro de estos filamentos de plasma de manera similar a las cuentas de una cuerda o ristra. ¿Cómo sucede eso? La teoría común de la formación de estrellas establece que la materia en las nubes de gas y polvo, como esta, se condensa gradualmente para formar una estrella. Esto llevaría mucho tiempo: estiman entre 10 y 50 millones de años para el colapso de suficiente gas y polvo para formar una estrella. Sin embargo, entre otras dificultades, hay un problema realmente importante con esta teoría de la formación de estrellas. . A medida que la nube o nebulosa de gas y polvo se colapsa y se condensa, los átomos y las moléculas estarían en contacto más cercano entre sí y, por lo tanto, se golpearían más a menudo. Cuantos más golpes, más calor y mayor presión. A medida que se genera el calor, las moléculas y los átomos se separarían entre sí. Por lo tanto, este calentamiento vuelve a expandir la nube de polvo y gas cósmicos, evitando el colapso necesario para formar un cuerpo concentrado. Los astrónomos superan este problema invocando la acción de las moléculas de monóxido de carbono en una nube muy fría que irradia calor en el infrarrojo para que la nube pueda colapsar. Todavía están debatiendo este proceso ya que hay otras dificultades. No importando cual sea el caso, estas ideas gravitacionales no explican por qué las estrellas parecen haberse formado a lo largo de filamentos de plasma como cuentas en una cuerda, como vemos ahora que ocurre en la agrupación de Orión. Entonces, ¿cuál es la alternativa? ¿Recuerdas las corrientes eléctricas que fluyen en cables o filamentos de plasma y sus campos magnéticos circulantes? Se ha encontrado en experimentos de laboratorio con plasma que cuando la velocidad de flujo de la corriente eléctrica varía, o la temperatura cambia, esto crea una inestabilidad en el campo magnético. El campo magnético circulante luego pellizca apretando al filamento de plasma. Podemos ver cuán fácilmente se rompen los filamentos de plasma cuando observamos los rayos. Podemos ver lo mismo en nuestras bolas de plasma. Pellizcar, torcer, girar, retorcer y bifurcar son todos los resultados de varios tipos de inestabilidad en los campos magnéticos involucrados. Los filamentos de plasma en los rayos existen muy brevemente. Sin embargo, en el espacio, están allí por larga duración. Por lo tanto, cuando pellizcan, resulta algo llamado plasmoide. Un plasmoide es la concentración de material del plasma mismo que forma una bola de plasma apretada y luego entra en modo de arco. En la física del plasma, este pellizco se llama un ‘pellizco de Bennett’ o z-pellizco. Se muestra nuevamente aquí en las alas de un nebulosa tipo mariposa con la estrella formada en el centro del pellizco. En los experimentos de laboratorio, el pellizco ocurre muy rápidamente. En el espacio también ocurre de forma rápida y previsible: en el laboratorio, la pizca se forma en 40 a 200 nanosegundos. Un nanosegundo es una milmillonésima de segundo. Cuando se realiza la conversión estándar para esta acción en el espacio, el tiempo que tarda un filamento de plasma astronómico en pellizcarse y formar un plasmoide puede ser sorprendentemente corto. Esto se discute en detalle en la Parte 2. En el espacio vemos que esto sucede con frecuencia. No hay ninguno de los problemas asociados con el modelo gravitacional. Por ejemplo, en la Nebulosa de la Hormiga que se muestra aquí, se puede ver el filamento de plasma extendido yendo hacia la izquierda y hacia la derecha con el pellizco magnético en el centro que ha formado una estrella. Lo mismo es cierto para la Nebulosa de la Mariposa demostrada aquí. El pellizco central ha formado la estrella allí mismo, que de hecho es una bola de plasma. ¡Tenga en cuenta que las "alas de la Nebulosa de la Mariposa" no son el mismo objeto que la nebulosa de la Mariposa! De hecho, podemos ver las estrellas formándose en filamentos como cuentas en una cuerda en una variedad de ubicaciones en nuestra propia galaxia. Por ejemplo, en agosto de 2014, el Telescopio Green Bank encontró estos filamentos formadores de estrellas en un espacio de más de 10 años luz en la constelación de Orión.
Un año antes, un estudio independiente de la Agencia Espacial Europea resultó en un comunicado de prensa para el 1 de junio de 2015 en el que se hizo la siguiente declaración.
Toda la evidencia indica que la mayoría de las estrellas dentro de una galaxia están alineadas a lo largo de los filamentos de plasma como cuentas en una cuerda. ¿Qué es lo que pasa con las galaxias entonces? ¿Están simplemente esparcidas por el espacio, o hay algún tipo de estructura filamentaria en ellas también? Los mapas de astronomía que enseñan las posiciones de las galaxias, como este, nos muestran que sí, las galaxias mismas se encuentran arregladas en largas cadenas. En este mapa, cada punto amarillo, verde o azul es la posición de una galaxia. Los puntos rojos son grupos de galaxias y las líneas azules son los filamentos.
El pionero de la física del plasma H. Alfven predijo una estructura filamentosa para el universo en 1963, la cual se demostró ser la correcta en 1991. Dentro de las galaxias mismas, los ejes giratorios de las estrellas están alineados a lo largo de sus filamentos de plasma. Si, de hecho, las galaxias en realidad están formadas por filamentos de plasma gigantes y se encuentran dentro de ellos, ¿no deberían alinearse también sus ejes de rotación? En el 2010, los datos de la encuesta Sloan Digital Sky demostraron que esto era cierto para las galaxias cercanas. Pero más recientemente, en noviembre del 2014, se publicaron los resultados de los datos de las partes más distantes del universo.
El investigador principal, el profesor Damien Hutsemekers, estimó que la probabilidad de que estas alineaciones sean simplemente del resultado al azar es inferior al uno por ciento. Él dijo que,
No hay forma de que la gravedad pueda explicar estas alineaciones, especialmente a distancias tan grandes. Es por eso por lo que este resultado fue tan impactante para los astrónomos. Sin embargo, tal alineación es una parte normal y esperada de la formación de galaxias en la astronomía de plasma.
¡Esto no es un cometa! Esta es una fotografía de un cuásar con uno de sus intensos jets. Volviendo a una imagen anterior, esta línea de cuásares, que es lo que esto realmente muestra, fue un completo shock para los astrónomos el 20 de noviembre de 2014. Esto pone en duda el origen gravitacional de las galaxias, ya que tal origen no puede explicar la alineación de sus ejes de giro de ninguna manera con o sin materia oscura. Sin embargo, la física del plasma puede. Miremos esto con un poco más de detalle para descubrir por qué. Permítenos presentarte a Anthony L. Peratt de Los Alamos National Laboratories. Sus experimentos de laboratorio nos dan la base para comprender cómo la física del plasma y la astronomía encajan con los datos de observación. Comenzamos con un experimento simple que se puede hacer en el laboratorio. Dos filamentos de plasma paralelos se comportan de la misma manera que dos cables paralelos que transportan una corriente eléctrica. Si se instalan dos de estos cables en el laboratorio, se pueden hacer las siguientes observaciones: Si las corrientes en los cables son ANTI-paralelas, los cables (y también los filamentos de plasma) se repelerán entre sí. Alternativamente, si las corrientes son paralelas, los cables y filamentos se atraerán entre sí. La razón en ambos casos es la acción repulsiva o atractiva de los campos magnéticos circulantes alrededor de las corrientes en los alambres o filamentos paralelos. Las corrientes en los filamentos de plasma se llaman corrientes de Birkeland. Estas corrientes dan vueltas en forma espiral sobre si mismas, de una forma típica, la cual se muestra aquí; y así es, ya sea en el espacio, como se muestra en los cuadros izquierdo y central, o en el laboratorio, como se muestra a la derecha. Los experimentos y simulaciones de laboratorio de Peratt dieron esta secuencia de interacción con filamentos de plasma y corrientes paralelas. Estamos mirando hacia abajo del eje largo de dos filamentos de plasma creados en el laboratorio, allí en el punto de su aproximación más cercana, que es donde interactúan. Muy poco tiempo despues, vemos lo que están haciendo. El resultado es que se formaron galaxias en miniatura dentro del laboratorio, cuando hubo un punto de interacción de los filamentos de plasma. Se descubrió que todos los tipos conocidos de galaxias se pueden formar en un laboratorio, usando solo dos o tres filamentos que interactúen, a pesar de que se utilizaran hasta 12 filamentos. Este diagrama muestra lo que estaba sucediendo. Ahora veamos si sucede lo mismo en el espacio. Cuando se acercan dos filamentos, el plasma entre ellos se concentra. En el laboratorio, se forma el equivalente de las radiogalaxias dobles: los dos filamentos forman en si los lóbulos de radio con jets de plasma a 90 grados. La imagen de la derecha muestra exactamente lo mismo que sucede en lo que se llama una radiogalaxia.
A medida que los dos filamentos continúan interactuando, comienzan a fusionarse. Esto produce lo que parece ser una enorme esfera de luz brillante. Podemos ver que esto sucede en el espacio con la galaxia elíptica gigante, M87, en Virgo. Aquí miles de millones de estrellas se han formado dentro de esta esfera. A la derecha, un primer plano muestra que M87 todavía tiene un prominente chorro de plasma en erupción desde su centro. A continuación, en la secuencia de interacción, tanto en el laboratorio como en el espacio, se forma una galaxia espiral barrada, como NGC 1300 en la constelación de Erídano. La etapa final de la formación de galaxias se ve en las magníficas galaxias espirales llenas como esta, M101 a veces llamada la Galaxia del Molinete. Esta misma etapa final también se ve en el laboratorio. El número de brazos espirales que se desarrollan depende de los parámetros que rigen la interacción. Según la Física de Plasma, las estrellas se forman a partir de las inestabilidades de los z-pellizcos como "CUENTAS EN UN COLLAR" en los brazos espirales. Además, todas las galaxias en los mismos filamentos interactivos también tendrán sus ejes de rotación alineados a lo largo de ese filamento. Todo esto concuerda con la evidencia observacional. Los experimentos de Peratt permitieron realizar una conversión de tiempo de los tiempos de formación de galaxias en miniatura en el laboratorio hasta los tiempos de formación de galaxias reales en el espacio, y esto, utilizando los valores conocidos de los parámetros físicos. Cuando la conversión se aplica a los datos de laboratorio, parece que los procesos de plasma son capaces de formar galaxias en muy poco tiempo en comparación con los mil millones de años requeridos por el enfoque gravitacional. Esto supera un problema de tiempo que tienen los métodos gravitacionales de formación de galaxias que se discutirán en la Parte 2. Estos hechos, y la alineación de los ejes de giro de las galaxias, sugieren que todas las galaxias tienen un circuito eléctrico. Eso ha sido estudiado para las galaxias M82 y M51. Aquí se puede ver que la evidencia observacional indica que la corriente entra a través de los brazos espirales y sale al núcleo. Esto explica los chorros en los quásares en los centros de galaxias donde la corriente eléctrica y los campos magnéticos se enfocan. Un descubrimiento anunciado el 26 de abril del 2015 tiende a respaldar todo este enfoque. Las intensidades del campo magnético cerca de la base de los jets de los cuásares se midieron en aproximadamente 200 millones de Gauss. El campo magnético de la Tierra es generalmente inferior a 1 Gauss. Los campos magnéticos solo pueden ser producidos por corrientes eléctricas. En este caso, la corriente debería ser del orden de 1020 amperios. Sorprendentemente, este amperaje es el mismo que Peratt predijo en 1991. Este es el valor que obtuvo para la intensidad de la corriente eléctrica en los centros de galaxias cuando los procesos de plasma en el laboratorio se ampliaron a los que operan en el espacio. (Física Del Universo Plasmático, p.63). Entonces, si las explicaciones del plasma son básicamente correctas, ¿por qué se ha llevado tanto tiempo el reconocer esto? La historia involucra principalmente a dos hombres. A principios del siglo XX, Kristian Birkeland creó la bola de plasma, a la que llamó terella. Pudo demostrar, en sus experimentos, que podía obtener el equivalente de auroras en la bola de plasma. Llegó a la conclusión de que las auroras eran causadas por el plasma en nuestra atmósfera superior, la cual se energizaba por las corrientes del sol. Entra en escena Sydney Chapman, un famoso matemático y físico de Inglaterra. Denunció por completo el trabajo de Birkeland y los experimentos de plasma. El mundo científico escuchó a Chapman, y no fue sino hasta que murió en 1970 que la física del plasma comenzó a ser examinada nuevamente. La física del plasma se ha desarrollado desde la década de 1990 y está comenzando a anular el viejo pensar de la teoría gravitacional. Se ha encontrado que más del 99% de toda la materia en el cosmos está en forma de plasma. La evidencia acumulada sugiere que los objetos astronómicos son formados por procesos de plasma en lugar de procesos gravitacionales. Además, estos procesos de plasma son significativamente más rápidos que la gravedad. Con el enfoque gravitacional, el tiempo que tardan en formarse varios objetos es un problema real, que abordaremos en la Parte 2. La física del plasma, vinculada con otro desarrollo discutido en la Parte 2, supera este problema por completo. En este momento, en el 2017, todavía hay muchos astrónomos que siguen el enfoque de la física gravitacional por todo lo que ven. Este enfoque de la cosmología influye en su perspectiva y comprensión de lo que realmente puede estar sucediendo en el universo que nos rodea. Pero una minoría vocal de astrónomos y la mayoría de los miembros del IEEE (International Electric and Electronic Engineers) están prestando mucha atención a la física del plasma en lo que se refiere a la astronomía, con sus nuevos conocimientos y resolución de problemas pendientes. Gracias por tu tiempo y atención. |